Jesús habló más sobre el infierno que sobre el cielo: ¿Verdadero o Falso?

Por Nathan Cedarland

Imagina a dos amigos, Alfredo y Samuel, platicando sobre un evento reciente en la vida de Alfredo y sobre algunas de sus preocupaciones respecto a la enseñanza bíblica correcta. Alfredo recientemente salió de su iglesia local debido a su percepción de que el predicador estaba suavizando la doctrina del infierno.

Alfredo: No sé, Samuel. Estoy de acuerdo con que es importante hablar sobre el amor y el perdón y todo eso, pero este pastor habla mucho más sobre las partes agradables de la Biblia que sobre el infierno o sobre el juicio. ¡Debemos recordar que Jesús de hecho habló más sobre el infierno que del cielo!

Samuel: Alfredo, estoy de acuerdo en que no tenemos que diluir la Biblia, y que necesitamos enfatizar las cosas que la Biblia misma enfatiza. Pero ¿realmente piensas que Jesús habló más del infierno que del cielo?

Alfredo: Pues el pastor que me llevó a Cristo, solía decir eso en sus predicaciones, y después de leer los evangelios por mí mismo varias veces a lo largo de los años, creo que ese pastor tenía razón.

Samuel: Alfredo, es interesante que hayas sacado este tema porque recientemente hice un estudio profundo del evangelio de Mateo con nuestro equipo de plantación de iglesias y trazamos varios temas e ideas a lo largo de todo el libro. De hecho, aquí tengo mis notas. Cuando llegamos al tema del infierno nos sorprendió descubrir que solamente hay cuatro contextos en los cuales Jesús usa la palabra Gehenna (la palabra griega que es traducida al español como “infierno”). Estos se encuentran en Mateo capítulos 5,10,18 y 23. Uno de estos pasajes tiene un paralelo en Marcos (9:43-47) y otro tiene un paralelo en Lucas (12:5). Aparte de estos, no hay ninguna otra mención de Gehenna en los evangelios ni en todo el Nuevo Testamento (a excepción de un versículo en Santiago 3).

Alfredo: No sé. Estoy casi seguro de que hay más enseñanza sobre el infierno en los evangelios.

Samuel: Bueno, empezamos con la palabra Gehenna ya que es el término más explícito. Pero sí. Existen otros pasajes que parecen hablar sobre el juicio final, aunque no utilizan la palabra “infierno.” Aun así, creo que te sorprendería saber que tan pocos son.

Solo encontramos seis ejemplos posibles. Y lo que es fascinante es que cada uno de estos ejemplos viene junto con una enseñanza sobre el cielo. Los primeros dos están en Mateo capítulo 7. En el versículo 13 leemos, “Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella.” Y en el versículo 19, “Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego.” Destrucción y fuego aquí a menudo son interpretados como refiriéndose al infierno. Pero si esto es cierto, entonces Jesús también menciona el cielo después de cada ejemplo (i. e. “la senda que lleva a la vida” en el versículo 14 y la posibilidad de entrar al reino de los cielos en el versículo 21). En otras palabras, por cada posible referencia al infierno, hay por lo menos una mención del cielo.

Este tercer ejemplo es la historia del sembrador en Mateo 13. El trigo representa a aquellos quienes han confiado en el Mesías, y la cizaña representa a los que lo rechazan. La conclusión en el versículo 30, “Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla, pero el trigo recogedlo en mi granero,” muestra dos resultados, uno favorable y uno trágico. Así que si esta parábola es una ilustración del juicio final, entonces el cielo y el infierno están siendo considerados. Este patrón se repite en los versículos 47-50, la parábola de la red que pescó peces buenos y peces malos. Aquí también hay dos destinos, uno para los justos y uno para los impíos; una mención del cielo junto a una mención del infierno.

Alfredo: Entonces Cristo habla del cielo tantas veces como habla del infierno. Puedo aceptar eso. Pero este pastor sigue hablando mucho más de el lado positivo del asunto.

Samuel: Bueno, de hecho, no había terminado… En Mateo 22:1-14, Jesús cuenta a historia de un banquete de bodas. En esta parábola, una vez más el cielo y el infierno parecen ser tratados. La mayoría de los invitados se pudieron quedar en el banquete y experimentar el gozo de la presencia de Dios para siempre, mientras que el rey ordena a sus siervos a que se lleven a un invitado y lo echen “a las tinieblas de afuera.”

Unos capítulos adelante, llegamos a la parábola de los talentos (Mateo 25:14-30). Aquí, a dos individuos que actuaron como administradores sabios de los recursos de su amo, se les dice que entren en el gozo de su amo. Y el último, quién no actuó con fe, es echado “a las tinieblas de afuera.” Los primero dos reciben bendición eterna y el otro es enviado a la obscuridad del infierno.

Hay uno más; la historia de las ovejas y los cabritos en Mateo 25:31-46. Esta parábola concluye con dos grupos de personas que experimentan destinos separados, “Y éstos irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna.” Una vez más, una mención del juicio es seguida por una mención de bendición celestial.

Piénsalo, Alfredo. En toda la gran cantidad de enseñanza que tenemos en los 28 capítulos de Mateo, solo hay cuatro contextos en los cuales Gehenna es mencionado específicamente, más los seis pasajes que vimos que parecen hablar sobre el juicio final en el infierno. Y como hemos visto, la mayoría de estos pasajes también contienen una referencia al cielo. Esto pone las cosas más o menos igual en la balanza. Pero si tan solo hubiera un par de pasajes que hablen exclusivamente del destino de los justos, la balanza se inclinaría hacía “el cielo” fácilmente.

Alfredo: ¿Entonces, hay pasajes que solamente hablan del cielo sin mencionar el infierno? Me imagino que ha de haber por lo menos unos cuantos.

Samuel: Sí. Tienes razón. Si los hay. Y de hecho, hay más que solo unos cuantos. Entre las bendiciones futuras descritas en las Bienaventuranzas de Mateo 5 y el pasaje sobre acumular tesoros en el cielo de Mateo 6, el cielo definitivamente sale como el ganador en el evangelio de Mateo. Además, en los otros Evangelios vemos a los ángeles gozándose en el cielo, la fiesta que el Padre festeja por su hijo pródigo que regresó (una posible alusión al cielo), la promesa de que tenemos vida eterna y seremos resucitados en el día final, Jesús cuando diciéndole al ladrón en la cruz, “hoy estarás conmigo en el paraíso,” y muchos otros ejemplos.

Alfredo: ¡Son muchos ejemplos!

Samuel: Algo que también debería decirte es que yo pienso que el cielo es un concepto mucho más rico y abundante que una mera descripción del destino de los justos. Y en pasajes como Mateo 6:9-10 (El Padre Nuestro) vemos que el cielo se refiere a la presencia de Dios y la realidad de su reino y dominio que puede irrumpir nuestras vidas incluso ahora mismo. Pero para ser claros y breves, estoy tratando de quedarme en los ejemplos que encajan con el entendimiento más popular del cielo; la vida después de la muerte.

Alfredo: Honestamente me estoy dando cuenta de que tal vez me sonó muy serio y espiritual el que Jesús habla más del infierno que del cielo. Pero creo que tienes razón. Él definitivamente hablo bastante sobre lo que vino a darnos.

Samuel: Jesús sí habló sobre el infierno y el juicio. Y necesitamos pensar seriamente sobre estos temas, pero con una perspectiva correcta. Necesitamos asegurarnos de que nuestra teología sobre el infierno no está siendo moldeada por la cultura popular o incluso por la tradición sino por lo que la Biblia dice. Debemos estar dispuestos a ir a donde el texto nos lleve. Es interesante como nadie en la Biblia alguna vez hizo esta pregunta: “Si te mueres hoy, ¿irías al cielo o al infierno?” Y aun así muchos han sido enseñados a evangelizar de esta manera.

Queremos que las personas conozcan a Jesús y vivan por Jesús por amor a él. No queremos que lo vean como un seguro contra incendios o como un medio para obtener el cielo, sino que lo vean como el medio y el fin. Él es la mayor recompensa. Estar con Jesús es experimentar el cielo

Yo diría que el punto principal de los Evangelios y de toda la Biblia es Jesús. Más que nada, queremos que las personas conozcan a Jesús y vivan por Jesús por amor a él. No queremos que lo vean como un seguro contra incendios o como un medio para obtener el cielo, sino que lo vean como el medio y el fin. Él es la mayor recompensa. Estar con Jesús es experimentar el cielo. El cielo es el lugar donde Dios habita, donde su presencia es conocida y disfrutada. Así que deberíamos orar que su voluntad sea hecha así en la tierra como en el cielo. Sí. Deberíamos saber de qué nos está rescatando Dios. Y los incrédulos deberían saber el resultado de continuar en su rebelión contra Dios. Pero no podemos detenernos ahí. Y, como lo acabamos de ver, Jesús tampoco se detiene ahí.

Alfredo: Es cierto. ¿Qué debería hacer ahora con mi iglesia? ¿Debería de salir?

Samuel: Hay razones legítimas para salir de una iglesia. Pero pienso que deberías regresar y escuchar más a la luz de lo que hemos hablado hoy. Si todavía no estás seguro, debes hablar con tus líderes sobre tus reservas antes de tomar una decisión de salirte de la iglesia. Y debes de buscar en las Escrituras ampliamente antes de rechazar lo que alguien dice.

Alfredo: Gracias por tu tiempo, amigo. Voy a seguir investigando este asunto.

Samuel: Por su puesto. Voy a seguir orando para que Dios te de sabiduría en todo esto. Y por favor sabe que estoy abierto a tus comentarios y observaciones.

Alfredo: Gracias, Samuel. Continuaremos esta plática pronto.