La mayor evidencia de la resurrección de Jesús

Por Ben Jiménez

Somos escépticos por naturaleza. Nos resulta difícil creer cosas que no vemos. Hoy tenemos teléfonos con cámaras. Somos influenciados por imágenes. Solo creemos lo que podemos ver con nuestros ojos. La resurrección de Jesús es probablemente lo más difícil de creer para muchos. Los mismos discípulos de Jesús no creyeron en su resurrección al principio.

Existen muchas evidencias de la resurrección - históricas, legales, arqueológicas, apologéticas, etc. Pero no pretendo mencionar ninguna de ellas aquí. ¿Por qué no? Porque estoy convencido de que la evidencia más convincente de la resurrección de Cristo es el testimonio de Jesús mismo en las Escrituras por medio de su Iglesia. No es que esté en contra de las otras evidencias. De hecho creo que son bastante fuertes y convincentes. Sé que muchos apologetas como Josh McDowell, Ravi Zacharias, Lee Strobel, por mencionar algunos, han hecho un trabajo excepcional en presentar evidencias de la resurrección de Jesús. De hecho recomiendo que los leas, que busques esas evidencias. Estoy seguro que muchos las han presentado de una forma mucho más elocuente de lo que yo podría hacerlo. Estoy convencido de que Dios puede usar esas evidencias y ese trabajo para acercar a alguien a sí mismo y eventualmente tener fe en Jesús, su muerte y su resurrección.

Sin embargo, este no es mi enfoque. Más bien, en la historia de la resurrección que Lucas nos cuenta, vemos con claridad que la evidencia más convincente de que Jesús venció la muerte en su resurrección es el testimonio que las Escrituras dan sobre Jesús, y es por ese testimonio de Jesús mismo, por medio de su Iglesia, que las personas son convencidas de su resurrección. Y a final de cuentas, como lo explicaré en este breve artículo, es necesario que Jesús mismo abra nuestros ojos para ver y creer el testimonio que la Biblia da de su resurrección.

En corto, la evidencia principal que convencerá a la gente de la resurrección de Jesús no es la evidencia histórica, arqueológica, legal o científica sino que, de acuerdo con Lucas 24, la prueba principal de la resurrección es el testimonio del Cristo resucitado en la Palabra de Dios por medio de Su Iglesia.

Los primeros escépticos.

No es normal que la gente se levante de entre los muertos, al menos no en nuestra comprensión de este mundo quebrantado. A pesar de que Jesús les dijo a sus discípulos varias veces que iba a morir y luego se levantaría al tercer día (cf. Lucas 18:31-34), ellos todavía no lo entendían. La resurrección de Jesús ni siquiera era una posibilidad en sus mentes.

¿Qué pasa cuando las mujeres van a la tumba por la mañana? Los ángeles tienen que reprender a las mujeres. “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?” (Lucas 24:5). Es como si los ángeles estuvieran diciendo, ¿no saben que la muerte ya no es la norma en este mundo? ¿No saben que Jesús es el rey de la nueva creación; de la creación restaurada? ¿No saben que él ha quebrantado el poder de la muerte? ¿Por qué esperan encontrar su cuerpo aquí? Él “no está aquí, sino que ha resucitado.... " (v. 6). La resurrección de Jesús es el comienzo de una nueva creación [1].

Todo lo que necesitaban para tener fe en que Jesús resucitó era recordar las palabras de Jesús.

Los ángeles continúan: “Acordaos cómo os habló... que el Hijo del Hombre debía ser entregado en manos de hombres pecadores, y ser crucificado, y al tercer día resucitar.’ Entonces ellas se acordaron de sus palabras" (vv. 7-8). Las mujeres recuerdan sus palabras y esto despierta fe en sus corazones. Es el testimonio de Jesús que las conmueve a la fe. Todo lo que necesitaban para tener fe en que Jesús resucitó era recordar las palabras de Jesús.

Pero luego, cuando llegan a informar esas cosas a los discípulos, ninguno de ellos les cree. Estas palabras les parecieron una locura y no les creyeron. Los primeros escépticos de la resurrección de Jesús fueron sus propios discípulos. ¡Eso significa que hay esperanza para cualquiera! Puede que ahora seas un escéptico o tengas amigos que son escépticos, pero hay esperanza. Los discípulos de Jesús fueron escépticos al principio.

Los dos discípulos en el camino a Emaús están en la misma situación de escepticismo. Están teniendo una discusión intensa sobre las cosas que acaban de suceder. Su única esperanza acababa de morir. Acaba de ser asesinado aquel con quien pasaron los últimos 3 años de su vida. El que esperaban que trajera la redención, la salvación, fue juzgado y crucificado injustamente. Pero eso no es todo. Han escuchado el informe de las mujeres y de Pedro sobre la tumba vacía y esto les causa conflicto. Vieron morir a Jesús. Vieron como fue golpeado, clavado, como dio su último aliento y encomendó su espíritu al Padre. Muy probablemente vieron como su cuerpo fue bajado de la cruz y fue envuelto y puesto en la tumba. ¿Pero ahora estas personas están diciendo que la tumba está vacía y que unos ángeles aparecieron anunciando que Jesús está vivo?

La identidad de Jesús declarada por lo dos en el camino a Emaús

Notemos brevemente que todo lo que los discípulos dicen sobre Jesús en el camino a Emaús es una declaración tremenda sobre la identidad de Jesús. Sin embargo, nada de lo que ellos declaran sobre Jesús tiene sentido si él no resucitó de la muerte.

Es un profeta poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo (cf. 24:19).

Fue entregado para ser condenado a muerte y crucificado (cf. 24:20).

Él es el Cristo, el que redimiría a Israel (cf. 24:21).

El tema que nos ocupa es que si él permanece muerto, Jesús es solo alguien que redimiría a Israel. Si él permanece muerto, todo permanece en la etapa de esperanza y la esperanza muere con él. “Fueron unos tres años magnificos con él. Nos enseñó algunas cosas interesantes. Era un gran tipo y un maestro increíble, incluso un profeta de Dios. Pero se ha ido. Tiempo de seguir adelante.”

Pero el punto de Lucas 24 es que Jesús no permaneció muerto. El punto es que se levantó de entre los muertos y, por lo tanto, este no es el fin de la esperanza, sino el comienzo de la misma. Este no es el final del evangelio, sino solo el comienzo del mismo. Debido a que Jesús resucitó, estos eventos que los discípulos en el camino de Emaús discutían no son el final de la historia sino el principio. Debido a que Jesús resucitó, la esperanza no muere con la muerte de Jesús, sino que es solo el comienzo. Debido a que se levantó de nuevo, entonces realmente es el profeta de Dios, el portavoz de Dios, y lo que él dijo, realmente venia de Dios. Como a Tim Keller le gusta decir, si no te gusta lo que dijo Jesús y él no resucitó, puedes ignorarlo. Pero si él realmente resucitó, entonces tienes que lidiar con lo que dijo. Tienes que aceptar que lo que dijo fue realmente cierto y tienes que someterte a él. Debido a que resucitó, su condena a muerte y su crucifixión no fueron un mero accidente, sino que tenían un propósito específico en el plan de Dios para redimir no solo a Israel sino al mundo entero. Debido a que resucitó, verdaderamente es el Cristo, el Rey a quien esperaban que redimiera a Israel, y es porque resucitó que el alcance de su redención va más allá de Israel.

En la mentalidad judía, el Cristo era una figura que iba a salvar a Israel, redimirlos de su cautiverio a sus enemigos. El Cristo iba a ser un rey que reinaría desde Jerusalén y como el rey David, conquistaría a todos sus enemigos. Pero, ¿cómo podían reconciliar la idea de un Cristo triunfante con Jesús, un varón de dolores, que sufrió bajo el poder opresor?

El testimonio de la Palabra de Dios y el testimonio de Jesús.

Es por eso que el testimonio combinado de Jesús resucitado y la Palabra de Dios es el medio para creer en él. Jesús, con su identidad todavía oculta, los reprende: “‘¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera todas estas cosas y entrara en su gloria?’ Y comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les explicó lo referente a él en todas las Escrituras” (24:25-27).

Jesús abrió la Biblia, en sus memorias, y les explicó cómo el sufrimiento, la traición, los golpes, la crucifixión y la resurrección y la glorificación de Jesús eran parte de un plan perfecto que se había planeado antes de que Dios creara el mundo y todas esas cosas ya habían sido profetizadas y grabadas en las Escrituras. Cuando finalmente reconocieron a Jesús, reflexionaron: "¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino, cuando nos abría las Escrituras?” (v. 32).

Más adelante, cuando Jesús se apetece ante los once también les dice, “‘Esto es lo que yo os decía cuando todavía estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre mí está escrito en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.’ Entonces les abrió la mente para que comprendieran las Escrituras, y les dijo: ‘Así está escrito, que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día…’” (24:44-46). ¿Te das cuenta? Jesucristo está diciendo que todo el Antiguo Testamento - Moisés, los Profetas, y los Salmos - hablan del sufrimiento y la glorificación del Cristo. Jesús les tiene que abrir el entendimiento para que puedan ver qué toda la Biblia habla de él; que lo que le sucedió al Cristo no fue un accidente o un plan B. Sino que todo, su sufrimiento, su humillación, su juicio, su muerte, su crucifixión y su exaltación en su resurrección, estaban todos profetizados. La Biblia siempre habló de un Mesis que sufriría y al mismo tiempo que sería glorificado. ¿Te das cuenta que el testigo más grande de la resurrección de Jesús es lo que la Biblia misma dice de él? [3]

“¿Cómo puedes tener fe en que Jesús resucitó de entre los muertos? ¿Yendo y descubriendo la tumba vacía en algún lugar de Jerusalén? La evidencia histórica de la resurrección es notablemente fuerte. Pero simplemente verificar los datos históricos no va a cambiar tu corazón. Es escuchar la palabra del Cristo resucitado que produce fe. Tanto los ángeles como Jesús esperan que sus seguidores crean en la resurrección, no por una tumba vacía, sino por sus palabras y las palabras de Moisés y los profetas. De manera similar, lo que ha sostenido a la iglesia durante los últimos dos mil años no ha sido la capacidad de verificar la evidencia histórica de la resurrección (aunque, nuevamente, la evidencia es sólida), sino que lo que ha sostenido a la iglesia durante los últimos 2000 años. ha sido la palabra de Dios. Somos parte de una larga línea de comunidades centradas en Cristo formadas y alimentadas por la Palabra. Nuestros hermanos en Cristo a lo largo de los siglos han dado sus vidas y han estado dispuestos a morir por el nombre de Jesús, no porque tuvieran acceso a investigaciones históricas, sino porque tenían la verdad de la palabra de Dios proclamada y encarnada por pequeñas comunidades de creyentes. Eso fue suficiente. Es por esto que estamos comprometidos a predicar las Escrituras semana tras semana, porque la palabra de Dios produce fe. Es por esto que el enemigo quiere distraer a las iglesias haciendo todo tipo de otras cosas para atraer a la gente. Porque él sabe que no habrá ninguna fe o crecimiento en la fe aparte de la palabra de Dios” [2].

Por eso es tan importante que vayamos a la Biblia, la abramos y la lea regularmente. ¿Cómo quieres tener fe en Jesús si ni siquiera miras su palabra? ¿Cómo puedes decir que no crees en la resurrección si nunca has hecho el esfuerzo de escuchar el testimonio que la Palabra de Dios da sobre Jesucristo?

En el mismo evangelio de Lucas hay una parabola sobre un hombre rico que muere y pasa a su castigo, y un hombre pobre llamado Lazaro que pasa al seno de Abraham. El hombre rico le pide a Abraham que mande a Lázaro a advertirle a su familia sobre el castigo que les espera si no se arrepienten. Abraham le responde al hombre rico, "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán si alguno se levanta de entre los muertos” (Lucas 16:31). No esperes creer en la resurrección, si no te tomas el tiempo de investigar lo que Dios dice en su palabra. No esperes que te convenzan los datos históricos. Es el testimonio de Cristo resucitado en su palabra y a través de su iglesia que realmente traerá fe.

"La fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo" (Romano10:17).

“Pues habéis nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece” (1 Pedro 1:23).

Jesús se revela a sí mismo en lo ordinario.

Eventualmente, Jesús abre los ojos de sus discípulos y les revela su identidad. Lo que me llama la atención es que él se revela en el momento más ordinario, durante una comida. Jesús toma el pan, lo bendice, lo parte y les da. “¿En dónde habíamos visto esta imagen?” Es lo mismo que hizo cuando alimentó a las multitudes, y cuando comió la pascua con ellos por última vez. Probablemente, mientras partía el pan, vieron sus manos perforadas. Jesús se reveló en el momento más ordinario de todos, en un momento de intimidad, la intimidad de una comida.

Jesús abre nuestros ojos a la verdad de su evangelio durante los momentos ordinarios de la vida. Él se revela cuando comemos con nuestro vecino incrédulo, cuando visitamos a personas mayores en un asilo de ancianos, mientras ayudamos a niños con necesidades especiales. Cuando estamos sentados en la sala con nuestra familia abriendo y permaneciendo en su palabra. Jesús se revela durante la comunión de su iglesia. Cuando su iglesia se reúne para adorar, para comer, para celebrar, cuando la iglesia sirve a otros, Jesús se revela.

La evidencia principal de la resurrección es el testimonio del Cristo resucitado en su palabra y por medio de su iglesia. Por eso, cuando se les aparece a los once, les dice que todo lo que han presenciado lo deben proclamar. Deben proclamar la muerte y resurrección de Jesús y el arrepentimiento para el perdón de los pecados. Ahora ellos son testigos de lo que han visto. La Iglesia de Cristo es ahora su testigo. Proclamamos a Jesús por medio de el testimonio que la Biblia da sobre él.

Si estás leyendo esto como escéptico, y llegaste hasta este punto, primero, gracias. Lo que te pido es que honestamente abras la Biblia, la Palabra de Dios y dejes que él te hable por medio de ella. Pídele que te muestre la realidad de quién él es por medio del testimonio de su Palabra. Visita una iglesia y deja que el testimonio de la Iglesia de Cristo en lo ordinario de la vida te convenza de que Jesús realmente resucitó probando así que todo lo que la Biblia dice de él es cierto. No rechaces el evangelio de Jesús sin primero haber escuchado su argumento más fuerte; el testimonio de Jesús en su palabra por medio de su Iglesia. Cree en Jesus. Él vino a morir por nuestro pecado en nuestro lugar, de modo que todos los que reconozcan su propio pecado y se arrepientan de él y crean que Jesús es el Elegido de Dios, el Rey, serán salvos y entrarán en su reino.


[1] La resurrección de Jesús es el comienzo de una nueva creación, una nueva era, una nueva humanidad. Nota las palabras de Lucas al abrir esta escena. “Pero el primer día de la semana” (24:1). El viernes, Jesús terminó la obra de redención, el sábado “descansaron según el mandamiento” (23:56). Pero el primer día de la semana... Dios creó el mundo en 6 días y al séptimo descansó. Pero el primer día de la semana… Esta es una nueva semana. Una nueva creación; una nueva era inaugurada por Jesús en la cual la muerte ya no es la norma. La muerte ya no es la última palabra. Jesús tiene la última palabra.

[2] Esta frase fue tomada de un sermón predicado el 21 de Abril de 2019 en Kaleo Grays Harbor por Nathan Cedarland.

[3] Para más sobre el testimonio del Antiguo Testamento sobre Jesús ve estos artículos: “La Biblia es una sola historia.” “Cómo leer el Pentateuco.”