Jesús envía: El ministerio del Reino - Pt. 2

Este post es el segundo fascículo de esta serie llamada; El ministerio del Reino. Aquí puedes ver la primera parte, y la tercera parte. El pasaje que estamos considerando es Lucas 9:1-17 donde Jesús junta a los doce y les da poder y autoridad sobre los demonios y para sanar enfermedades y los manda a predicar el Reino de Dios y a sanar. Si no lo haz hecho, te animo a que leas este pasaje.

Aquí, particularmente, estamos considerando el segundo principio del ministerio del Reino de Dios que encontramos en el texto. Este es; Jesús es quién envía. 

Jesús es quién envia

El ministerio del Reino de Dios no es autoproclamado. Existen muchas sectas y falsas religiones porque hay muchos "apóstoles" que no tienen la autoridad, el llamado, ni la proclamación de nadie más que de sí mismos. Estos no son más que pseudo-apóstoles. Jesús es quién escoge y envía a sus emisarios. La palabra que Lucas usa para "enviar" es la misma de la cual derivamos la palabra Apóstol. Jesús no esta enviando a los doce por un mandado o a dar la vuelta. Él los esta enviando a una encomienda oficial. Él es el Rey y ellos son sus emisarios, sus embajadores, sus heraldos y van a predicar el Reino de Dios y a sanar.

Jesús los envía a hacer precisamente lo que él mismo había estado haciendo. Es decir; a predicar el Reino de Dios y a sanar.

La misión de Jesús

Un punto clave en Lucas para poder entender este evangelio es la misión de Jesús. Él mismo la manifiesta al comienzo de su ministerio. En Lucas 4:16-19 leemos que Jesús estaba en una sinagoga en Nazaret y ahi se levantó, recibió el rollo del profeta Isaías, buscó y leyó la parte donde dice:

“El Espíritu del Señor esta sobre Mi,
Porque Me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres.
Me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos,
Y la recuperación de la vista a los ciegos;
Para poner en libertad a los oprimidos;
Para proclamar el año favorable del Señor.”

Esta es la misión de Jesús. Él mismo nos la está declarando. Este es el manifiesto de su ministerio; anunciar las buenas nuevas a los pobres, libertar a los cautivos y oprimidos, sanar a los ciegos, proclamar el año favorable del Señor. Básicamente, Jesús esta volteando al mundo de cabeza. O más bien, esta restaurando y revirtiendo el mundo a su estado original. Y al mandar a sus discípulos a predicar y a sanar esta enviandolos a hacer precisamente lo mismo que ha estado haciendo.

Nuestra misión

De la misma forma, nosotros quienes tenemos fe en Jesús, hemos sido enviados a cumplir la misión que él nos ha dado. Jesús, antes de ascender, después de su muerte y resurrección les dio una instrucción final as sus discípulos:

“Toda autoridad Me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:18-20)

Diferencias

Existen algunas diferencias esenciales entre la primera vez que Jesús mando a sus discípulos en esta misión y esta última instancia. En la primera él no había muerto ni resucitado. Los Apóstoles no habían recibido al Espíritu aún (aunque no lo habían recibido tampoco en la segunda pero estaban por recibirlo. Jesús mismo les pide que esperen hasta que reciban el Espíritu). Está misión a la que van los doce es una misión temprana. Es una misión especial. Es parte de su entrenamiento.

Nuestra misión ahora como discípulos de Jesús es una misión avanzada. Jesús ya ha muerto y resucitado. Por consiguiente el enemigo ya está vencido. El proceso de restauración e inversión de lo que está al revés ya ha sido inaugurado por Jesús. Además, a diferencia de los discípulos en esa primera misión, ya tenemos al Espíritu en nosotros.

Similitudes

Hay, por lo menos, dos cosas que permanecen iguales. El que nos envía es el mismo. Nuestro Rey Jesús es el mismo que nos encomienda a nosotros al igual que encomendó a los doce. Además la misión que tenemos es la misma. Nos corresponde como discípulos de Jesús hacer las mismas cosas que mandó a sus discípulos a hacer. Es decir; a predicar el Reino de Dios; a proclamar que Jesús es Rey y que él tiene poder y autoridad para restaurar todo lo que esta mal en este mundo y en  nosotros comenzando por nuestro pecado.

Por lo tanto, como Jesús nos ha dado su poder y autoridad, y nos ha enviado, ahora él está cumpliendo su misma misión por medio de su iglesia; nosotros. Nuestra misión, como iglesia, es predicar el Reino de Dios y "sanar," restaurar lo que está de cabeza en este mundo; sin olvidar que Jesús es quién final y perfectamente restaurará todas las cosas cuando regrese por segunda vez a consumar su Reino.