De cerdos y demonios

Un mar tempestuoso cruza,
A los perros y cerdos a buscar;
¿Quién es este, que necesita descansar,
Y a la vez encanta a la naturaleza
Tan solo con hablar?

Viene uno de ellos a su encuentro;
No con buen motivo, debo agregar; 
Ciego y oprimido, olvidado en un sepulcro.
Viene para escarnecer, y no deja de gritar;
Encadenado a veces; con demonios dentro.

Es una manada; es una horda,
La que atormenta al desdichado;
Lo avergüenza, y tirarlo quiere por la borda.
Quien lo busca no da nada por sentado;
Una misión tiene, y nada le estorba. 
Libertad, y restauración; para eso fue bautizado.

Después de un breve argumento,
Renovado y liberado es el cautivo;
Cubierto; como con nuevo aliento
Por fin ya no es hostil ni altivo;
Sino humilde, sano y atento.

Se sienta a los pies de su emancipador
Quiere ser miembro de su tripulación
Ahora, no obstante, es un embajador
Más que miembro de su embarcación,
A su propia nación, es un predicador.

Pseudo-poema basado en Lucas 8:22-39