Jesús provee: El ministerio del Reino Pt. 3

¿Alguna vez has salido en un viaje lejos solo para descubrir que has olvidado tu equipaje? Tal vez viajaste a otro país y la aerolínea perdió tus maletas. ¿Qué harás sin tu ropa interior y tus calcetines limpios? Estar en un viaje sin tus pertenencias verdaderamente requiere de mucha fe. 

O, si eres mi contemporáneo ¿has salido de tu casa al trabajo, o qué se yo, solo para darte cuenta que has olvidado tu teléfono celular? He escuchado de varias personas cercanas a mi edad que salir de la casa sin su teléfono se siente como si estuvieran desnudos; especialmente en estos días en que más de la mitad de nuestras vidas está en estos aparatitos. Nuestros contactos están ahí; nuestros mensajes, llamadas, calendario, cámara, mapa, Biblia, etc.

El equipaje perdido de los doce

En Lucas 9:1-6 Jesús envía a sus discípulos en una misión especial en la que intencionalmente "olvidan" sus pertenencias. Jesús al enviarlos, les da instrucciones detalladas sobre las cosas que no deben llevar en este viaje. 

¿Cuál es el punto de estas instrucciones? Algunos, equivocadamente, creo yo, han interpretado este pasaje como una lista de instrucciones literales que todos los misioneros desde ese momento en adelante deben seguir. Es decir, cuando alguien se está preparando para el ministerio; específicamente misionero, los traen a este pasaje y a Lucas 10:1-17 para darles instrucciones literales de lo que deben y no deben de llevar y hacer en su viaje misionero. 

Jesús es quien provee

No creo que cuando Jesús les dio estas instrucciones a sus discípulos su intención era que de ese momento en adelante todos los misioneros cristianos fueran sin ropa extra, sin dinero, yendo de casa en casa hasta que fueran recibidos en alguna. Ciertamente eso era lo que quería que los doce y eventualmente los 72 hicieran (cf. Lucas 10:1-12).

Parece, no obstante, que hay algo mucho más profundo sucediendo aquí; las intenciones del Maestro son más significativas que solo eso. ¿Recuerdas cómo te sentiste cuando perdiste tu equipaje o saliste de tu casa sin tu teléfono? El equipaje y el teléfono son cosas que nos dan un sentido de seguridad. De la misma forma, las cosas que Jesús no permitió que los doce llevaran eran fuentes de seguridad. Salir, por lo tanto, en viaje así; sin provisiones ni ropa extra, sin tener la seguridad de saber dónde pasarían la noche, requería de fe. Esto forzaba a los discípulos a reconocer que su ministerio era completamente dependiente de la provision de Dios. Si Dios no proveía, ellos no podían ser exitosos en su misión. 

Nuestro ministerio

Nuestro ministerio; ya sea misiones, plantación de iglesias, pastoreo, discipulado, etc. de igual forma depende completamente de la provisión de Dios. Tal vez tú no estés tentado a confiar en tu ropa extra o comida extra que tienes para tu ministerio. Por eso no creo que el punto principal son las cosas específicas que no debían llevar sino el principio que Jesús quería enseñar; dependencia de él.

Sin embargo, tal vez sí eres tentado a confiar en otras cosas para tu ministerio. Estas cosas pueden ser tus herramientas (comentarios, dominio del griego y hebreo, libros, etc.), tus credenciales (títulos, diplomas, etc.) tu conocimiento, tu propia sabiduría, tu fluidez de expresión, tu nacionalidad, el tamaño de tu iglesia, el numero de staff que tienes, tu doctrina ("nosotros sí tenemos la sana doctrina"), entre otras cosas. 

Tu turno

Dios quiere que tú también vayas en tu ministerio sin confiar en ninguna de esas cosas. Nada de eso es malo en sí mismo. Pero cuando tu fe descansa en cualquiera de esas cosas en lugar de en la provisión que Jesús da para el ministerio, ahí existe un problema. Es tiempo de salir en tu viaje del ministerio y dejar atrás esas cosas. Y confiar en que Dios es quién sustenta tu ministerio y él es quien te sostendrá. 

Te animo a tomar un tiempo intencional para meditar y reconocer las cosas en las que estás confiando para el éxito de tu ministerio. Una vez que las has reconocido, pide perdón a Dios por no depender completamente de él y entrégaselas a él. Si quieres llevarlo al siguiente nivel, intenta abandonar o ignorar una de las cosas que más confianza te da en tu ministerio y pedir a Dios que por medio de su Espíritu provea lo que sientes que has perdido. 

No estoy sugiriendo que abandones todas tus herramientas para el ministerio. Lo que sugiero es que reconozcas que Jesús es quien provee para nuestro ministerio y que no importa cuantas cosas buenas tengamos para nuestro ministerio, todo depende de Dios.