"Yo Declaro" ¿Es bíblico? - Alineado nuestras oraciones con el language de la Biblia

Por Nathan Cedarland

Introducción

Es común escuchar a líderes religiosos y creyentes en general usar las expresiones “yo declaro” o “yo decreto” en sus “oraciones”. Muchos de ellos afirman que nuestras palabras tienen el poder de crear cosas materiales y hacer que los sucesos ocurran. Por ejemplo: “Declaramos bendición en el nombre de Jesús” o “declaro prosperidad sobre esta ciudad.” o “declaramos que tú lo harás, Señor.” Cuando las personas usan la palabra “declarar” así, están afirmando que así va a suceder, que lo que están diciendo se va a convertir en realidad. La están usando como un sínomio de “decretar” que significa “decidir u ordenar algo”. 

Proverbios 18:21 es un versículo entre otros que algunos usan para apoyar esta práctica: “Muerte y vida están en poder de la lengua.” “¿Ves? hay poder en nuestras palabras” dicen. Ellos afriman que al hablar con Dios debemos declarar la realidad que deseamos para que llegue a suceder.  Regresaremos a Proverbios en un momento para ver si realmente enseña lo que estas personas afirman, pero primero veremos un resumen bíblico muy breve sobre la oración y un poco sobre la historia de esta práctica de “declarar”. 

¿Es bíblico orar así? 

En primer lugar debemos notar que de los cientos de oraciones registradas en la Biblia no se encuentra ni siquiera una vez una oración así. 

Ni en ninguna de las 150 oraciones inspiradas en el libro de Salmos. 

Ni en ninguna de las oraciones de los profetas. 

Ni en ninguna de las oraciones de Jesús. 

Ni en ninguna de las oraciones de Pablo.

La palabra “declarar” puede ser un sinómino de la palabra “proclamar” o de la frase “hacer público”. No habría nada malo en usar la palabra de esta manera, por ejemplo: “Dios, declaramos Tu grandeza”. Hay oraciones en los Salmos dónde encontramos una frase como “proclamaré Tu grandeza” que es basícamente lo mismo. Sin embargo, en este caso no se está usando la palabra con el sentido de “decretar.” Una cosa es orar diciendo: “Declaramos que eres el Dios proveedor” y otra es decir: “Declaramos provisión”. ¿Ves la diferencia? La primera oración se conforme a la Biblia pero la segunda no. En la primera el que habla está dando a conocer a Dios, pero en la segunda el que habla se está poniendo en el lugar que solo le pertenece a Dios. Al leer la Biblia descubrimos que solo Dios es el que decreta las cosas. Así que cuando la gente dice “declaro esto o aquello” realmente no están orando sino mandando. Aunque muchos lo hayan hecho por ignorancia y con las mejores intenciones eso no cambia la realidad: Declarar es querer darle órdenes a Dios. Debemos arrrepentirnos de tal presunción y auto-exaltación.

¿De dónde viene esta corriente o moda de “yo declaro”? 

En el siglo XVIII, un filósofo y teólogo heréctico llamado Emanuel Swedenborg (1688–1772) enseñaba sobre el poder de la mente para crear la realidad. Enseñaba que el mundo físico era una extensión de la mente y que por lo tanto la mente podía formar y dictar cosas materiales. Más tarde en los Estados Unidos, esta idea fue desarrollada por Phineas Quimby (1802–1866) quien se conoce como el padre del “Nuevo Pensamiento”. En un articulo sobre el mismo tema, el pastor Edgar Aponte explica como este corriente entró en las iglesias: 

“Las ideas del “Nuevo Pensamiento” fueron popularizadas por el gurú Ralph Waldo Trine quien publicó un libro en 1897 que vendió millones de copias. Trine decía que lo que uno afirmaba con la mente y con las palabras ocurría; que las razones de las enfermedades en las personas eran porque hablaban o pensaban sobre ellas. Pero las enseñanzas no llegaron claramente a las iglesias de mano de Trine —quien negaba la Biblia y la deidad de Cristo— sino a través del pastor E. W. Kenyon. Kenyon fue compañero de estudio de Trine en la escuela de oratoria Emerson College en Massachusetts. El predicador Kenyon es conocido por su idea del “pensamiento positivo”. Él enseñó que las confesiones positivas eran la clave para una vida próspera. También se le conoce como el padre del “evangelio de la prosperidad”. Kenyon influenció a personas como Kenneth Hagin y Oral Roberts, este último fundador de la universidad que lleva su nombre donde estudió Joel Osteen.”(1)

Estos pastores de falsa doctrina que menciona Apunte han influido muchísimo en America Latina. Las prácticas y enseñanzas de Kenneth Hagin, Oral Roberts, Kenneth Copeland y Joel Osteen (autor del libro “Yo Declaro”) se ven claramente en lideres como Cash Luna, Guillermo Maldonado y Daniel Habif solo para mencionar algunos. 

El pastor Apunte concluye diciendo que “la idea del ‘yo declaro’ no es más que la representación de las ideas paganas originalmente conocidas como el ‘Nuevo Pensamiento’, que luego popularizaron algunos pastores con el término ‘pensamiento positivo y próspero’.” 

Claro que estos maestros siempre van a tener ciertas enseñanzas correctas y por eso las personas pueden quedar muy confundidas. “Es que dice tantas cosas buenas”. Pero eso es parte de la estratégia de Satanás: mezclar la verdad con el error. Si fuera solo error nadie sería engañado, sería evidentemente falso, pero es la mezcla que confunde y luego engaña a las personas. 

¿Qué quiere decir que muerte y vida están en poder de la lengua?

Regresando a Proverbios 18 vemos que el contexto hace claro que este pasaje no tiene nada que ver con declarar cosas para formar una nueva realidad. 

Proverbios 18:21 Muerte y vida están en poder de la lengua,

Y los que la aman comerán su fruto.

La última frase nos ayuda a entender que se refiere a tener cuidado con lo que decimos. Nuestras palabras sí son poderosas para edificar o dañar a otras personas y son poderosas para influir también en la percepción de otras personas hacia nosotros. El que habla mucho puede meterse en problemas. La NTV lo hace aun más claro, “La lengua puede traer vida o muerte; los que hablan mucho cosecharán las consecuencias.” Lo demás de Proverbios enfatiza la misma enseñanza. Las palabras pueden transmitir imágenes y emociones intensas. Con nuestras palabras podemos perjudicar a nosotros mismos, herir a otros y dejar cicatrices duraderas.

Cuida tu lengua y mantén la boca cerrada,

y no te meterás en problemas.

Proverbios 21:23 NTV

En las muchas palabras, la transgresión es inevitable,

Pero el que refrena sus labios es prudente.

Proverbios 10:19 NBLA

Con la boca el impío destruye a su prójimo, Pero por el conocimiento los justos serán librados.

‭‭Proverbios‬ ‭11‬:‭9‬ ‭NBLA‬‬

La suave respuesta aparta el furor,

Pero la palabra hiriente hace subir la ira. 

Proverbios 15:1 NBLA

La lengua apacible es árbol de vida, Pero la perversidad en ella quebranta el espíritu.

‭‭Proverbios‬ ‭15‬:‭4‬ ‭NBLA‬‬

Pero al vivir sabiamente con el temor del Señor, nuestras palabras pueden traer vida y bendición a los demás. 

Panal de miel son las palabras agradables, Dulces al alma y salud para los huesos.

‭‭Proverbios‬ ‭16‬:‭24‬ ‭NBLA‬‬

Otros textos 

Hay varios otros pasajes que las personas usa para justificar la práctica de “declarar”, pero en todos los casos son versículos sacados de su contexto original y que realmente no tienen nada que ver con esta corriente. Por ejemplo, algunas personas se basan en 2 Corintios 4:13: “Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos”. No obstante, una mirada al contexto de este versículo nos muestra que Pablo no habla de declarar cosas para que pasen, sino de predicar la Palabra de Dios aunque tengamos dificultades y que el hablar de Cristo es una respuesta natural de creer en Él.

Otro pasaje citado con frecuencia es ‭‭1 Juan‬ ‭5‬:‭14-15‬ 

“Esta es la confianza que tenemos delante de Él, que si pedimos cualquier cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos hecho.” “Podemos declarar las cosas porque ya las tenemos” es el argumento, pero nota que este pasaje usa dos veces el verbo “pedir” no el verbo “declarar” y habla de “peticiones” no de “declaraciones”. El hecho de que rechazamos la moda de “declarar/decretar” como algo antibíblico no quiere decir que nuestras oraciones carecen de fe y de confianza. Al contrario tenemos aun más confianza porque sabemos que estamos orando conforme a Su voluntad revelada en Su Palabra.

La meta principal de la oración

El objetivo principal de la oración es amar al SEÑOR nuestro Dios, con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas (Marcos 12:28-31). Eso significa que la oración se trata en primera instancia de una relación. Dios quiere que hagamos peticiones a Él, pero en primer lugar desea que le conozcamos más como nuestro Rey y amigo fiel (Efesios 1:17; 3:17-19). Al entender que la oración es relacional y no transaccional, nos ayuda aun más a ver la locura de “declarar y decretar”. Por ejemplo, el matrimonio tampoco debe ser transaccional sino relacional. Imaginate si yo dijera esto a mi esposa: “Declaro un masaje de 30 minutos esta noche!” ¿Cómo va a quedar eso con ella? En primer lugar, no le estoy pidiendo nada realmente, sino estoy exigiendo algo de ella de manera indirecta. “¿Quién te crees, Nathan? Podría ser su respuesta natural y bastante comprensible. Porque si tengo una relación sana con mi esposa, jamás le voy a decir algo así. ¿Pero nos atrevemos hablar así con Dios? ¿Quién nos creemos?

Conclusión 

En resumen, la oración es un regalo maravilloso que Dios nos ha dado para crecer en nuestra intimidad con Él, alinear nuestro corazón con el Suyo, participar en el avance de Su reino, pedir su perdón, alabarle, darle gracias, y buscar Su ayuda ante nuestras necesidades y luchas. No tenemos que agregar una fórmula humana (como “yo declaro”) para hacer nuestras oraciones más poderosas. Eso es necedad. Al humillarnos ante nuestro Rey, podemos luchar en la oración y acercarnos confiadamente ante el trono del Padre. Podemos rogar con la misma audacia que vemos en los salmos, recordando que tenemos un intercesor fiel y todopoderoso, nuestro Señor Jesucristo. Dios no nos necesita pero sí nos quiere utilizar, y una de las maneras más eficaces de ser utilizados por Él es sobre nuestras rodillas con palabras en nuestra boca que se alinean con la Palabra de Dios.


Bibliografía.

(1) https://es.9marks.org/resena/yo-declaro-una-resena-del-libro-de-joel-osteen/