Tres cualidades esenciales para servir en el ministerio de música

Por Ben Jiménez

Por algún motivo en la providencia de Dios, soy el líder del ministerio musical de nuestra iglesia, Kaleo. Digo que fue por la providencia de Dios porque esto es algo que realmente nunca busqué intencionalmente. Pero al mirar hacia atrás, puedo ver claramente cómo la providencia de Dios me estaba preparando para servirle en esta capacidad. Pero podemos dejar esa historia para otra ocasión.

Por ahora quiero enfocarme en otra cosa. Una de mis responsabilidades como líder del ministerio musical es entrenar a otros miembros de nuestra iglesia para que ellos usen sus dones y habilidades musicales para la gloria de Dios y para la edificación de la iglesia guiando y facilitando la alabanza a Dios en el ámbito musical. Esto me ha llevado a pensar en algunos requerimientos básicos para una persona que quiere participar en el ministerio musical.

Quiero compartir esta lista de requerimientos básicos contigo. Esta lista no es, de ninguna forma, exhaustiva ni obligatoria. Más bien es una lista de las cosas que en mi experiencia personal y mis convicciones veo como cualidades muy importantes, si no es que indispensables, en una persona que quiere estar al frente cantando o tocando un instrumento.

Los voluntarios del equipo musical deben ser nacidos de nuevo, discípulos de Jesús quienes han experimentado y continúan experimentando el poder salvador de Dios en sus vidas.

¿Por qué le cantamos a Dios? ¿Por qué usamos música para alabarle? Porque él nos ha salvado. No tiene caso cantarle en gratitud cuando no hemos recibido su regalo de la salvación ni experimentado su gracia.

“Todo el día contará mi boca

De Tu justicia y de Tu salvación,

Porque son innumerables.”

“Y yo Te daré gracias con el arpa,

Cantaré Tu verdad, Dios mío;

A Ti cantaré alabanzas con la lira,

Oh Santo de Israel.

Darán voces de júbilo mis labios, cuando Te cante alabanzas,

Y mi alma, que Tú has redimido.”

Salmo 71:15, 22, 23

Una persona que no ha experimentado la salvación de Dios, no tiene la motivación correcta para pararse al frente de una iglesia y tocar un instrumento cantar a Dios.

Se que hay iglesias y líderes que usan el ministerio de música como una avenida para atraer inconversos que tienen una inclinación musical o para ayudar a alguien que está tibio a comprometerse más. Tal vez existe alguna buena razón para eso, pero personalmente tengo la convicción de que una persona que no ha experimentado la salvación de Dios, no tiene la motivación correcta para pararse al frente de una iglesia y tocar un instrumento cantar a Dios. Nuestra motivación para cantarle es su salvación pero si alguien no ha experimentado esa gracia, ¿para quién están cantando?

Los voluntarios del equipo musical deben estar buscando la santidad (obediencia a los mandamientos de Dios, amor por él, disfrutarlo, luchar activamente contra el pecado, etc.) en su vida y tener un buen testimonio en todas las esferas de su vida.

En Efesios 4 y 5, una de las alternativas a todas las prohibiciones que Pablo da a la iglesia es: “Hablen entre ustedes con salmos, himnos y cantos espirituales, cantando y alabando con su corazón al Señor. Den siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a Dios, el Padre” (5:19-20). En otras palabras El hablar con salmos, himnos y cantos espirituales y cantar y alabar con nuestro corazón es opuesto a una vida de desobediencia (cf. Efesios 4:17 - 5:21).

Una vida de desobediencia a Dios no es consistente con el evangelio que proclamamos y los himnos, y canciones que entonamos para Dios.

Una vida de desobediencia a Dios no es consistente con el evangelio que proclamamos y los himnos, y canciones que entonamos para Dios. Debemos ser cuidadosos en cómo andamos, como hablamos, lo que publicamos en nuestras redes sociales, como tratamos a los demás, etc. Si un voluntario no está activamente luchando contra su pecado y mortificándolo, esto es una señal de alarma de que esa persona tal vez ni siquiera es un verdadero cristiano. Y no estoy hablando de una perfección. Pablo mismo reconoce que él no ha llegado a la perfección. Más bien me refiero a una vida de crecimiento, de lucha activa contra el pecado y la tentación.

Santiago 3:11 y 2 Corintios 6:14-18 también agregan puntos importantes para considerar si una persona que no vive en santidad realmente puede servir en el ministerio musical, o en cualquier otro ministerio.

Los voluntarios deberían ser capaces musicalmente y estar activamente esforzándose por mejorar sus habilidades.

“Quenanías, jefe de los Levitas, estaba a cargo del canto; él dirigía el canto, porque era hábil” (1 Crónicas 15:22).

“El número de los que fueron instruidos en el canto al Señor, con sus parientes, todos los que eran hábiles, fue de 288” (1 Crónicas 25:7).

El enfasís de este punto esta en la palabra: “deberían.” No tienes que ser Mozart o Beethoven para servir en el ministerio de música. Sin embargo, creo que es importante que los que están facilitando la alabanza musical sepan lo que están haciendo; que sepan tocar su instrumento (guitarra, piano, voz, etc.). No es necesario que sean expertos, pero si deberían tener cierta habilidad y deberían estar buscando mejorar practicando de forma regular.

Es importante evitar distracciones innecesarias. Nuestro trabajo como equipo musical es facilitar la alabanza a Dios; que la iglesia unida cante, que podamos usar el amplio rango de sentidos, emociones con los que Dios nos creó para expresar gratitud y alabanzas a su nombre. Pero si la música es deficiente, si los músicos están cometiendo errores, si el piano no está tocando en la misma clave que la guitarra, eso distrae a la iglesia de forma innecesaria; crea barreras que podrían ser evitadas.

Nuestro trabajo como equipo musical es facilitar la alabanza a Dios; que la iglesia unida cante, que podamos usar el amplio rango de sentidos, emociones con los que Dios nos creó para expresar gratitud y alabanzas a su nombre.

Por otro lado, es importante recordar que la iglesia es una familia que, así como fue redimida por la gracia de Dios, lo miembros de la misma conceden esa gracia a otros. Igualmente es importante reconocer que hay iglesias que simplemente no tienen hermanos con talentos musicales que puedan guiar a la iglesia en adoración musical a Dios. Es por eso que este punto no es un requerimiento sino una sugerencia. Y los dos primeros puntos deben de ser priorizados muy por encima de este tercero. Recuerda que Dios no se fija en lo que la mayoría de las personas ve. Dios ve nuestros corazones.

Conclusión

A final de cuentas, cualquier persona que quiera servir en el grupo de música debería buscar crecer en todas estas áreas; en su entendimiento del evangelio y la gracia salvadora de Dios, en su santidad, crecimiento y su lucha contra el pecado, y en su habilidad musical.

Estoy consciente de que hay otras opiniones respecto a este tema. Me gustaría escuchar tu opinión. Puedes dejar un comentario en la sección de comentarios abajo. Espero que esta breve lista sea de bendición y ánimo para la iglesia.